Entre reflejos plateados, nubes pasajeras y el murmullo del viento serrano, la superluna del Castor dejó en Córdoba una noche para recordar.
En la noche de este martes el satélite se alzó en todo su esplendor, tiñendo la noche de una magia que solo la naturaleza puede ofrecer.
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Tras una jornada de clima casi veraniego, el astro comenzó a asomar cerca de las 20:00, y poco a poco fue conquistando el firmamento. A medianoche, su brillo alcanzó su punto máximo, dejando un espectáculo.
Lejos del bullicio urbano y las luces de la ciudad, desde el corazón de la Pampa de Achala, en el parador Giulio Cesare, las cámaras de eldoce.tv captaron una serie de postales simplemente inolvidables.

Aunque algunas nubes se asomaron tímidamente, no lograron opacar la belleza de una luna que, redonda y resplandeciente, iluminó el paisaje serrano con un aire de ensueño.

Este fenómeno celeste ocurre cuando la Luna llena coincide con el perigeo, es decir, el punto más cercano a la Tierra en su órbita. Gracias a ello, el satélite natural se ve hasta un 14% más grande y un 30% más brillante que en otras noches.

Su nombre tiene raíces en las tradiciones de los pueblos nativos de América del Norte, que observaban las fases lunares para marcar el paso del tiempo. En noviembre, los castores comenzaban a construir sus presas y refugios para el invierno, y así esta luna fue bautizada como la del Castor, símbolo de trabajo, abrigo y renovación.



