Meses atrás la Legislatura de Córdoba se vio sacudida por un inmenso escándalo.
El puntero peronista Guillermo Kraisman fue quien inició un tsunami de sospechas al caer preso mientras intentaba cobrar el dinero depositado a nombre de la “empleada fantasma” Virginia Martínez.
Ahora, desde la cárcel de Bouwer, el también ex funcionario municipal decidió dar su versión de los hechos y explicó el presunto funcionamiento de la “caja” de la Legislatura.
“No tratamos de cobrar nada. Fuimos a retirar una tarjeta al banco. No fuimos antes porque el monto de la designación no era el acordado y la titular, en este caso Virginia Martínez, no quería ir por dos cuestiones. Están las grabaciones telefónicas y el chat con mensajes que me envió ella y su madre. Por eso fuimos con Castro y ahí está mi equivocación. Fuimos a buscar la tarjeta, no a cobrar”, contó el imputado en diálogo con Perfil Córdoba.
“Me pregunto por qué demoró tanto el fiscal en investigarme si sabe perfectamente lo que pasó. Fue una desprolijidad que reconozco. Estoy pagando las consecuencias”, agregó.
Contratos
Luego el también ladrón de fiambres en un Mariano Max admitió que en la Legislatura de Córdoba existen diversos contratos para pagar el “trabajo territorial”.
“Hay mucho pase a comisión de determinadas áreas a la Legislatura, para desarrollar la tarea de investigación social, territorial, cultural y deportiva. No sé cuántos contratos serán, salieron varios a la luz”, especificó.
“Hay de todo. Tenés hijos, hijas, esposas de medios. Están nombrados. Como se puede nombrar a cualquier persona”, cerró.