La historia del cordobés condenado a 433 años de prisión por abuso de 25 menores en España muestra un lado perverso y escalofriante.
Conocido como el “monstruo del Fortnite”, Aldo Maximiliano Vannucci (46) recibió la sentencia en Madrid luego de comprobarse los detalles del horror. El hombre captaba a sus víctimas a través del famoso videojuego, donde les ofrecía regalos o dinero virtual para ganarse su confianza. Una vez establecido el vínculo, les daba PaVos –la moneda del juego–, skins y otros artículos a cambio de hacer videollamadas donde les pedía que se desnudaran.
Los archivos eran almacenados en una carpeta llamada ‘Angelitos’. Luego, parte del material fue distribuido a través del servidor Mega.nz, vinculado a una cuenta de correo electrónico de Gmail del pedófilo y pederasta.

Durante todo el juicio Vannucci aseguró que era inocente y que las acusaciones eran “mentiras” de los niños. Antes del proceso, la Fiscalía le ofreció un acuerdo: aceptar una pena de 20 años de prisión y ser expulsado a la Argentina, pero el cordobés rechazó la propuesta.
Escalofriante historial
El cordobés, detenido en el país europeo desde julio de 2023, no solo fue condenado por los cargos de agresión sexual, que uno de ellos fue contra una adolescente de 16 años, hija de una conocida suya.
La pena incluye una decena de delitos por abuso sexual, 18 por engaños y sexting, siete por producción de Material de Abuso Sexual Infantil (MASI) y 13 por ciberacoso o grooming.
También salió a la luz que el “monstruo del Fortnite”, radicado en la ciudad española de Málaga, ya tenía antecedentes penales por delitos similares. En 2007 fue detenido por tocamientos a nueve niños en una urbanización de La Cala del Moral, donde trabajaba como guardavidas de una pileta. En 2008 fue condenado a 16 años de prisión por nueve abusos sexuales, siete de ellos continuados.
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En aquel momento ocultó su situación judicial y hasta fue contratado como entrenador infantil de un club, donde abusó de al menos nueve menores de edad entre 2006 y 2007.
Un fallo de 2009 le sumó un año y medio más de condena y fue inhabilitado para llevar a cabo cualquier tipo de actividad con menores de edad. Seis meses después recibió una sentencia por dos abusos sexuales y exhibicionismo.
En ese entonces la Justicia de Málaga le unificó la pena a 12 años de cárcel. Cumplió una década en prisión y fue expulsado de España. Sin embargo, tiempo después volvió gracias a su pasaporte comunitario que le permitió entrar a través de otro país de la Unión Europea.