Un bombardeo aéreo del Ejército israelí impactó este jueves contra la única iglesia católica de Gaza, la iglesia de la Sagrada Familia, dejando un saldo de dos muertos y al menos seis heridos, entre ellos el sacerdote argentino Gabriel Romanelli, de 55 años.
El ataque causó conmoción internacional y fue duramente condenado por líderes religiosos y políticos, entre ellos el Patriarca Latino de Jerusalén, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, y la primera ministra italiana Giorgia Meloni. Desde Israel aseguraron que el blanco no era la iglesia y que se trató de un “error de tiro”.

El padre Romanelli, conocido por su estrecha amistad con el papa Francisco, sufrió heridas leves y permanece internado en recuperación. Su figura cobró notoriedad en Italia durante el último año por las comunicaciones diarias que mantenía con el pontífice para informarlo de la situación en Gaza. Incluso se reveló que había tenido una de las últimas conversaciones telefónicas con Francisco antes de su fallecimiento en abril.
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La iglesia de la Sagrada Familia, ubicada en el barrio al-Zaitoun de Gaza, funciona como un centro de asistencia humanitaria y educativa. Allí operan una escuela, un orfanato y un convento de las Misioneras de la Caridad, orden fundada por Madre Teresa de Calcuta, cuyas religiosas brindan ayuda a cientos de refugiados palestinos.
La condena internacional no tardó en llegar. Desde Italia, Giorgia Meloni criticó con dureza el ataque y expresó que “las incursiones israelíes en Gaza afectan también a la Iglesia de la Sagrada Familia. Los ataques contra la población civil que Israel viene demostrando desde hace meses son inaceptables”.
La Iglesia Católica denunció el hecho como un nuevo episodio de violencia que afecta directamente a la comunidad cristiana en una región golpeada por meses de guerra. El estado de salud del padre Romanelli, por el momento, es estable, aunque su entorno pidió máxima discreción y oración por las víctimas.