La Iglesia Católica tiene nuevo Papa y es León XIV. La decisión de los cardenales se conoció el jueves pasado el mediodía (hora argentina) y hay expectativas por el papado del estadounidense que tiene “alma latinoamericana”.
Robert Prevost tiene 69 años y muchos lo definen como un seguidor de los pensamientos de Francisco. Aún no tomó ninguna decisión determinante que marque su rumbo pero está a punto de elegir cuál será su residencia y podría ser la Casa de Santa Marta como el argentino o bien el Palacio Apostólico.
Santa Marta, la casa de Francisco
La Casa de Santa Marta simboliza la sencillez desde su apertura en 1996, durante el papado de Juan Pablo II. Situada a pocos pasos de la Basílica de San Pedro y ofreciendo vistas a la plaza de Santa Marta, fue diseñada inicialmente para alojar a los cardenales durante el Cónclave. Sin embargo, en 2013, el papa Francisco decidió establecer allí su residencia.
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Su elección reflejó su deseo de comunidad y de necesidad de “estar con los demás”. Esta decisión innovadora marcó un cambio significativo en la historia de la Iglesia Católica, ya que nunca antes un papa había optado por una residencia con un enfoque tan hospitalario y próximo a la vida cotidiana del pueblo.

La Casa de Santa Marta, de cuatro plantas y 129 habitaciones, alberga suites y habitaciones dobles, así como un apartamento de representación. Originalmente, el edificio tuvo un trasfondo histórico importante al haber sido utilizado durante la epidemia de cólera en 1881 como hospital por orden de León XIII y, más tarde, durante el Holocausto, para brindar refugio a judíos perseguidos bajo la dirección de Pío XII.
El tradicional Palacio Apostólico
El Palacio Apostólico, residencia tradicional del Sumo Pontífice, simboliza la autoridad papal y alberga oficinas de gobierno, capillas, museos y más de mil habitaciones. El papa Francisco la utilizaba para actividades formales, como audiencias y la oración del Ángelus.
Con siglos de historia, el Palacio ha sido la vivienda oficial de los papas y destaca por su majestuosidad, muy en contraposición con la simplicidad de la Casa de Santa Marta. Representa una vida más formal, en oposición al enfoque accesible que Francisco ha adoptado desde su llegada al papado.

La decisión de León XIV aún es desconocida pero cuando sea un hecho marcará las líneas del papado entre la austeridad y la riqueza.