Un espeluznante crimen plagado de violencia y horror ocurrió en Connecticut, Estados Unidos. Un hombre asesinó a su esposa con un bate beisbol, convivió con el cadáver por semanas y luego la descuartizó para dejar su torso en un cementerio.
Donald Coffel, de 68 años, es el asesino y su esposa Suzanne Wormser, de 58, fue la víctima. Todo se descubrió el 19 de marzo pasado, cuando un vecino denunció olor nauseabundo en un contenedor de basura del cementerio y la Policía halló el cadáver.
Investigación
El hallazgo del torso era un enigma y en paralelo, la hermana de Wormser intentaba contactar a su hermana, quien no le hablaba hacía días. Tras enterarse de la noticia del cuerpo en el contenedor, el 11 de abril denunció la desaparición de la mujer.
Fue entonces que los policías fueron a la casa en la que Wormser vivía con Coffel y se encontraron con lo peor. Las paredes, alfombras y muebles estaban cubiertos de sangre y en una habitación dieron con el bate de béisbol que estaba oculto.
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Sin embargo, el principal sospechoso no estaba en el domicilio, que se ubica a 300 metros del cementerio. El hombre fue ubicado en un hospital cercano donde estaba siendo atendido por un cáncer de páncreas.

Luego de varios interrogatorios, Coffel admitió haber asesinado a su pareja, con quien convivía desde noviembre de 2024. Según dijo, el crimen ocurrió a principios de enero y fue porque le robó 200 dólares de cocaína. “Está bien, lo hice. La golpeé con un maldito bate de beisbol y le reventé la cabeza”, fue la temerosa frase que usó.
De acuerdo a lo que relató el 23 de abril pasado, le dio tres golpes en la cabeza y luego dejó el cuerpo varios días en el departamento que compartían. Después la descuartizó con una sierra.