El fallecimiento del Papa Francisco dejó vacante el puesto más alto de la iglesia eclesiástica e iniciará un proceso de selección para elegir al nuevo Sumo Pontífice. Pese a que Francisco había hecho modificaciones en la Curia Romana, no cambió nada en la forma en la que el cónclave seleccionará a su sucesor.
Tal como fue elegido el argentino en 2013, los 139 cardenales menores de 80 años son los que puede votar el cónclave. En total, son 252 desde el 31 de diciembre de 2024. El Colegio Cardenalicio se convoca para el cónclave por el camarlengo y deben reunirse dentro de los 15 días siguientes a la muerte del antiguo Papa. La fecha puede prorrogarse hasta 5 días más.
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La única condición que hay para convertirse en Papa es ser varón bautizado en la Iglesia Católica. Acerca de la edad, no hay límite y tampoco es necesario ser cardenal o sacerdote. Sin embargo, esta opción es poco común ya que la última vez que el Sumo Pontífice fue elegido por fuera del Colegio Cardenalicio fue en 1378 cuando se eligió al arzobispo de Bari, Bartolomeo Prignano, que se convirtió en el Para Urbano VI.

Proceso de selección
Los cardenales se reúnen en la Capilla Sixtina, de la Ciudad del Vaticano, en una sala donde están inhibidos los celulares y las radios, para que no haya vigilancia desde el exterior durante la votación. Durante el proceso, tampoco tienen acceso a ningún tipo de mensaje del afuera, como televisor o diarios e incluso, hay una pena de excomunión automática si alguno viola estas reglas.
Una vez que están todos los cardenales reunidos, se celebra una misa matutina especial llamada Pro Eligendo Pontifice y luego se grita: “Extra omnes!”. Bajo esa señal, son encerrados dentro de la Capilla hasta que decidan un sucesor. Desde hace algunos años, se hospedan en la Casa Santa Marta, una gran construcción tipo hotel que tiene 131 habitaciones privadas. Se trata del lugar que Jorge Bergoglio usó como residencia.
Una vez todos adentro de la Capilla, se eligen nueve cardenales que oficiarán la votación: tres que serán fiscales, tres son los que reúnen los votos y otros tres los revisan. Allí comienzan discursos y discusiones sobre la postura de cada uno para defender su decisión y luego de eso se hace la primera votación. En total son cuatro votaciones por día.
El Papa es elegido cuando el candidato consigue la mayoría de dos tercios. Para evitar que el proceso de selección sea extenso, a medida que avanzan las votaciones se quitan candidatos y solo se elige entre los dos que tuvieron más votos en la ronda anterior.

A posterior, se procede a hacer las fumatas, que consisten en quemar todos los papeles que quedaron de la votación. Ese es el famoso humo que sale de las chimeneas de la Capilla Sixtina y que aprecian los fieles que aguardan el nombre del Sumo Pontífice en la Plaza de San Pedro.
Una vez sucedido todo lo anterior, el camarlengo debe llamar al cardenal elegido y si acepta ocupar el cargo más alto de la iglesia, entonces tiene que decidir su nuevo nombre. Luego, la presentación es casi inmediata: se realiza en la misma Plaza de San Pedro en latín.