Lo que debía ser una noche llena de magia se transformó en un momento lleno de desesperación. Alexander, un niño de 7 años, se encontraba junto con su familia en el espectáculo navideño de Holiday Drone Show en Orlando, Florida, cuando se desató el caos.
En plena función los dispositivos experimentaron una falla técnica. Los drones comenzaron a chocarse entre ellos y a caer en picada sobre las cabezas de más de 25 mil espectadores. De esta manera las luces coloridas que instantes atrás representaban un alegre show se transformaron en un verdadero peligro para la seguridad de los presentes.
En medio de los gritos y el pánico de la multitud, Alexander fue alcanzado por uno de los objetos voladores. El niño fue encontrado por su hermana tendido en el suelo. En ese instante el menor se encontraba inconsciente y perdía grandes cantidades de sangre a través de sus heridas.
Tras el incidente miembros del personal de bomberos trasladaron al pequeño hasta un hospital, allí los profesionales de la salud descubrieron que una de las válvulas del corazón del niño estaba gravemente dañada. El nene no sólo recibió un fuerte impacto del drone, también sufrió una descarga eléctrica en el área del pecho al ser embestido. Es por este motivo que debió ser intervenido en un quirófano de manera urgente.
Tras lo ocurrido el Ayuntamiento de Orlando canceló el resto de las funciones y la Administración Federal de Aviación informó el comienzo de una investigación para evaluar en qué condiciones se produjo el espectáculo.