Lewis Hamilton atraviesa un profundo dolor tras la muerte de Roscoe, su bulldog inglés que durante más de una década se convirtió en una verdadera celebridad del paddock de la Fórmula 1. La mascota, que lo acompañó en los momentos más importantes de su carrera, falleció luego de varios días de complicaciones de salud.
En un emotivo posteo en redes sociales, Hamilton relató el duro momento que atravesó: “Después de cuatro días de soporte vital, luchando con la poca fuerza que tenía, tuve que tomar la decisión más difícil de mi vida y despedirme de Roscoe. Nunca dejó de luchar, hasta el final. Me siento tan agradecido y honrado de haber compartido mi vida con un alma tan hermosa, un ángel y un verdadero amigo”.

El piloto británico confesó que fue la primera vez que debió afrontar la experiencia de poner a dormir a una mascota y lo describió como “una de las vivencias más dolorosas”.
Una estrella
Roscoe era mucho más que un perro para Hamilton: fue su compañero inseparable en entrenamientos, viajes y carreras, tanto en su etapa en Mercedes como ahora en Ferrari. Su última aparición pública fue en julio en Silverstone, donde volvió a despertar la ternura de los fanáticos.
Hamilton cerró su mensaje agradeciendo a quienes siempre mostraron cariño hacia Roscoe. “Gracias a todos por el amor y el apoyo que le mostraron a Roscoe a lo largo de los años. Ha sido muy especial presenciarlo y sentirlo. Murió el domingo por la tarde, en mis brazos”, expresó.
Con esta despedida, el piloto dejó en claro que Roscoe fue parte fundamental de su vida dentro y fuera de las pistas, un lazo de amor que quedará grabado en la memoria de todos los seguidores de la Fórmula 1.