El golf suele ser sinónimo de precisión milimétrica y nervios de acero, pero lo ocurrido en el BMW Championship en Maryland rompió con todos los pronósticos y pasará a la historia como uno de los momentos más insólitos del circuito. Tommy Fleetwood, golfista inglés de 34 años, logró un birdie gracias a un aliado completamente inesperado: una simple mosca.
La curiosa escena tuvo lugar en el segundo hoyo de la última ronda. Fleetwood había ejecutado un putt que parecía ir directo al objetivo, pero la pelota se frenó justo en el borde del hoyo, a un suspiro de caer. El jugador, visiblemente resignado, se dio la vuelta convencido de que el golpe no había sido suficiente.
Pero cuando todo indicaba que el birdie se le escapaba, ocurrió lo impensado: un insecto aterrizó sobre la pelota detenida. Su pequeño movimiento fue suficiente para generar el leve impulso necesario para que la bola completara su recorrido y cayera lentamente en el hoyo, desatando la euforia del público presente.

Las cámaras de la transmisión oficial captaron el instante con total claridad. Las repeticiones confirmaron lo insólito: fue la mosca la que provocó el desenlace. Incluso los comentaristas quedaron atónitos, sin poder explicar en un primer momento cómo la pelota se había movido aparentemente sola.
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En cuestión de minutos, el video del peculiar birdie se volvió viral en redes sociales. Aficionados del golf y del deporte en general compartieron la jugada con asombro y una buena dosis de humor. Algunos lo catalogaron como “el birdie más insólito jamás visto”, y no faltaron quienes bautizaron a la intrépida mosca como “el nuevo caddie de Fleetwood”.
Este inusual episodio agrega una nota insólita tanto a la carrera del jugador británico como al torneo, recordando que, incluso en una disciplina gobernada por la técnica, a veces el destino —o una mosca— puede alterar el resultado final.