Dentro del Estudio Pira se albergan miles de historias cuarteteras que aportaron a la biografía del tunga tunga. Los cantantes más importantes del género pasaron por dicho establecimiento, donde se grabaron discos y sencillos que se convirtieron en himnos en la música de Córdoba.
En este místico lugar se encuentra trabajando Luis Tapia, una pieza clave de muchas composiciones cuarteteras que al día de la fecha son historia pura. El pianista conversó mano a mano con Cuarteteando y narró acerca de cómo fue trabajar junto a dos leyendas del cuarteto en sus épocas doradas. “Me fueron haciendo ellos”, definió el músico después de tantos años de acompañar a quienes hoy en día son un emblema de la música popular.

Laburar con La Mona
Si bien Luis ya había participado en algunos conjuntos, el primer grupo donde inició fue en el de La Mona Jiménez cuando el ídolo popular encaraba el armado de su tercer disco como solista. “Yo tocaba en otros grupos de cuarteto pero no lo conocía a Jiménez, no sabía lo que hacía”, aclaró el entrevistado.
El Mandamás grabó 11 discos en Pira, los cuales todos fueron un éxito y en los que Tapia participó en su totalidad. Según explicó el instrumentista, se grababan dos álbumes por año, uno a la mitad y otro para las fiestas. Las jornadas de grabación eran muy intensas ya que arrancaban a la mañana y solo frenaban un rato para almorzar.

“La Mona venía a la noche, siempre le gustó grabar tipo 21/22 horas. Escuchaba lo que habíamos hecho, era muy minucioso con lo que hacíamos. Él metía su impronta, hacía improvisaciones, venía con colores distintos, era la cereza del postre”, relató.
Según explicó el músico, nunca tuvo un problema trabajando con Jiménez pero si costó algunas veces por cuestiones lógicas de laburo: “La Mona renegó con nosotros y nosotros con La Mona. Los artistas son difíciles de llevar y los músicos también”, fueron sus palabras.
Pero la buena onda jamás se negoció a pesar de las extensas jornadas que se vivían. “Se pasaba más horas con este vínculo que con un vínculo familiar. Estábamos los días lunes nomas en casa”, aclaró.

Los inicios del Barba
Luego de muchos años acompañando a Juan Carlos, El arreglador fue tentado con una nueva oportunidad laboral con otro cuartetero reconocido. “Van Marcos y Gustavo Farias a casa y me dicen que tenían un proyecto, el proyecto era Ulises (Bueno). Por una cuestión de una experiencia que yo tenía dije ´acá lo que hay que hacer es buscar los temas y buscar los autores´ y ahí se empezó a formar”, expresó.
El empezar un proyecto como el del Caño no era igual que al desafío que tuvo con La Mona, ya que uno ya estaba en la cima mientras que el otro recién daba sus primeros pasos. “Cuando yo entre a Jiménez, Jiménez ya era Jiménez con el Cuarteto de Oro. Pero cuando yo entré a Ulises él estaba en un lugar en el cual empezó a ascender, fue remontando hasta llegar al lugar en el que hoy día ésta”, argumentó el entrevistado.

Luis participó de grabaciones que hicieron catapultar la carrera del Flaco como Gabriela, Intento, Durmiendo en tu ombligo, Las alas de mi amante, entre tantos otros éxitos. De esta manera fue que el instrumentista vivió los dos polos del cuarteto, conviviendo y superando las distintas adversidades que el género le propuso.
Luis y la música
Al día de la fecha, el músico agradece haber vivido tantas experiencias en su trabajo y lo recuerda con mucha pasión y sentimiento. “Yo he vivido toda mi vida de esto gracias a dios. Yo nací para esto, hay gente que no puede por distintas circunstancias, y yo he vivido toda mi vida de la música”, exclamó
Además, para sentenciar la nota, Tapia remarcó una pregunta que siempre le hacen: “¿Cuál es la fórmula del éxito?”. “la cuestión de pegar un tema es muy compleja. no se sabe donde esta el exito y eso es lo mas lindo, que no se sabe”, remató.