Julio César Ramírez, acusado del crimen de Santiago Aguilera, dejará la cárcel de Villa María y cumplirá prisión domiciliaria. La decisión se debe a un giro inesperado en la causa a raíz de un insólito error en la investigación.
El detenido fue sentenciado en 2022 como partícipe secundario del crimen y recibió una condena de 12 años. Junto a él, Walter Gil, señalado como el entregador de la víctima, fue sentenciado a prisión perpetua. Sin embargo, la situación de Ramírez cambió drásticamente en los últimos días.

Todo comenzó cuando se descubrió que una prueba que resultó ser inválida. La equivocación radicaría en que Ramírez había sido incriminado por supuestamente haber entrado a la cuenta de Gmail de Aguilera el día en que fue asesinado, conclusión a la que se había llegado por medio del IP de la computadora, que finalizaba en 195.
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Pero, según la investigación del fiscal federal Maximiliano Hairabedian, quien realmente habría accedido a la cuenta desde un hotel de Villa Dolores fue uno de los propios investigadores que trabajaban bajo las órdenes del fiscal Senestrari. Este dato pone en jaque la validez de la condena contra Ramírez.

Según dio a conocer La Voz, en este contexto su abogado defensor, Jorge Perano, presentó un pedido ante el Tribunal Oral Federal 3 (TOF3) de Córdoba. Aunque rechazaron el pedido de excarcelación, se le concedió la detención domiciliaria.
Esta nueva medida se implementará con una tobillera electrónica y el estricto cumplimiento del encierro en una vivienda del barrio Villa Sarmiento, en Villa Dolores, donde reside una familiar del preso.



