A pocos días de la Navidad, los celulares encabezan la lista de regalos más buscados por los chicos, relegando a un segundo plano a los juguetes tradicionales. Así lo refleja un informe de Telenoche, que mostró cómo la tecnología gana terreno incluso entre niños muy pequeños, impulsada por la alta demanda en los comercios.
Martina, vendedora de telefonía, confirmó esta tendencia y aseguró que “está habiendo mucha demanda” de dispositivos electrónicos. Según explicó, hoy los chicos “a partir de los cinco años buscan todo lo que ya es tecnología: desde celus, tablets”, y remarcó que este año las ventas superaron a las de temporadas anteriores. Los precios parten desde los 240 mil pesos para celulares y 180 mil para tablets, con opciones de financiación en hasta 12 cuotas sin interés.
Advertencia de uso
La comerciante también relató que muchas veces identifica que los equipos son para niños por los accesorios que se compran junto con los dispositivos. “Me doy cuenta que son para niños los celulares cuando además compran vinchas con orejitas de gato o tablets de colores”, contó, en una escena que se repite cada vez más en los locales.
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Desde el ámbito educativo, la magistrada en investigación Viviana Postay advirtió sobre los riesgos del uso temprano de pantallas. En diálogo con Telenoche, señaló que es necesario “tener un alerta ahí los papás y las mamás” y recomendó evitar que el regalo sea un celular, ya que las asociaciones de pediatría no aconsejan pantallas en la primera infancia ni el uso de teléfonos durante la escuela primaria.
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Postay explicó, de manera indirecta, que existe una falsa sensación de seguridad en los adultos: antes los chicos jugaban afuera y hoy “están en casa pero con el celular dentro del cuarto”, expuestos a situaciones de vulnerabilidad que afectan su salud mental y su capacidad de atención. En ese sentido, remarcó que no hay que recurrir al teléfono para evitar que los chicos se aburran, porque “por ahí pasa el error”.
En la misma línea, Adrián All’Asta, de la Fundación Padres Argentina, sostuvo que el uso de la tecnología debe ser supervisado y que la prohibición también forma parte de la educación. Según afirmó, es responsabilidad del adulto poner límites y fomentar alternativas: recuperar el juego, los espacios al aire libre y la socialización, para que “nuestros niños vuelvan a ser niños” en una etapa clave de su desarrollo.



