Luego de que se suspendiera la cremación del cuerpo de la ex boxeadora Alejandra “Locomotora” Oliveras para investigar las causas de su fallecimiento, surgieron versiones que apuntan al posible consumo de anabólicos.
Aunque hasta el momento no hay pruebas que confirmen que Oliveras los haya utilizado, el caso reavivó un debate sobre el uso de estas sustancias tanto en el ámbito deportivo como fuera de él.
+ VIDEO: Cómo es el uso de anabólicos y cuáles son los riesgos

En este contexto, el doctor Carlos Sabagh, médico y columnista de Telenoche, explicó en detalle qué son los anabólicos y cuáles son los riesgos de su uso indebido.
“No es siempre ilegal el consumo de anabólicos y esteroides”, aclaró. “En algunos casos como pacientes con cáncer, osteoporosis o insuficiencia renal, su uso está prescripto médicamente. En los deportistas, no: es doping”.
Sabagh fue enfático al señalar que estas sustancias, aunque pueden conseguirse en farmacias, no están indicadas para el desarrollo de masa muscular en personas sanas. “No se le puede pedir a los médicos receta para anabólicos con ese fin. No están hechos para eso”, remarcó.
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Según explicó el especialista, los anabólicos son derivados de la testosterona, la principal hormona sexual masculina, responsable de mayor masa muscular en los hombres en comparación con las mujeres.
“Lo que busca el deportista con estas sustancias es justamente eso: más masa muscular. Pero los efectos colaterales son graves, especialmente en mujeres”, advirtió Sabagh. “Engrosamiento de la voz, aparición de vello, interrupción del ciclo menstrual e incluso infertilidad”.
Además, señaló que el uso indebido de anabólicos puede tener efectos cardiovasculares adversos: aumento de la presión arterial, sobrecarga cardíaca y otros factores que pueden derivar en complicaciones serias.
“Lo que tienen en común los productos derivados de la testosterona es que, fuera de los usos médicos controlados, no van a generar beneficios. Al contrario, pueden destruirte”, concluyó.
El caso de Oliveras continúa bajo investigación. Mientras tanto, el debate en torno al uso de sustancias para mejorar el rendimiento físico —y su difusión más allá del deporte profesional— vuelve a ocupar el centro de la escena.