Lo que debía ser una intervención sencilla terminó convertido en un calvario médico para Alison Calfunao, una joven de 30 años. La mujer hoy pelea por su recuperación tras salir del quirófano sin una pierna y con un trasplante de corazón.
Alison, de 30 años y mamá de dos niños de 3 y 7 años, ingresó a una clínica privada de la ciudad de Neuquén para realizarse una ligadura de trompas, una operación en principio sin mayor complejidad.
Sin embargo, algo salió mal: durante el procedimiento sufrió dos paros cardíacos, su corazón dejó de funcionar y necesitó un trasplante de urgencia.
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Mientras luchaba por su vida, la joven desarrolló una trombosis y una infección en un pie, lo que obligó a los médicos a amputar por encima de la rodilla para poder incluirla en la lista de emergencia nacional y concretar el trasplante cardíaco.
Por la gravedad de su cuadro, Alison fue trasladada al Hospital Italiano de Buenos Aires, donde permanece internada y en recuperación.
El caso generó indignación y dolor en su familia, que presentó una denuncia por mala praxis y reclama explicaciones a la clínica donde todo comenzó.

“No hemos recibido ni una sola palabra. Ningún llamado. Ninguna disculpa. Ninguna explicación. No se solidarizaron. No se hicieron responsables. Nada”, lamentó su madre.
“El silencio duele tanto como la herida. Ese día, mi hija murió. Murió en esa sala de cirugía. Su corazón fue destrozado, su pierna terminó amputada, su cuerpo y su vida cambiaron para siempre”, agregó.