Vecinos del barrio Quintas de Argüello, en Córdoba, denunciaron una creciente ola de robos perpetrados por delincuentes que se hacen pasar por deliveries o repartidores de aplicaciones. Esta nueva modalidad generó gran preocupación y temor entre los residentes, quienes ven cómo sus casas son desvalijadas.
Juan, un vecino que sufrió múltiples robos, expresó su angustia en diálogo con Telenoche: “La verdad es una tristeza enorme ver en lo que se convirtió el barrio, en tierra de nadie. Sé que suena a cliché, pero es lo que estamos viviendo y es lo que estamos atravesando los vecinos con toda esta situación que no tiene control, al parecer”.
+ VIDEO: vecino del barrio cuentan en Telenoche cómo sufren los robos

El modus operandi de los delincuentes consiste en ingresar a las viviendas simulando ser repartidores, para luego llevarse todo a su paso. “Acá se llevaron absolutamente todo: desde prendas de ropa, hasta electrodomésticos, televisores, herramientas, de todo. Imaginate que llegás a tu casa, está todo revuelto y no queda absolutamente nada. Se robaron desde alianzas y joyas hasta cosas sin valor monetario, como adornos”, relató Juan.
Los habitantes de la zona se sienten desprotegidos y denuncian la falta de respuestas por parte de las autoridades. “Hemos agotado todas las instancias, hemos llegado hasta el Ministerio de Seguridad, al cual invito a que muestre cómo es el protocolo para actuar ante una situación así porque lo que vemos todos los vecinos es de una inoperancia tremenda”, afirmó el vecino.
+ MIRÁ MÁS: Video: en 8 minutos trasladaron un corazón desde el aeropuerto a un hospital para un trasplante
La situación generó un cambio drástico en la vida del barrio, donde antes reinaba la tranquilidad. “Y la verdad es que nos entristece mucho este barrio. Yo me crié acá y ya los niños no juegan en las plazas, ya la gente no sale a caminar. La verdad es muy triste”, lamentó Juan y advirtió: “Hay mucha gente originaria del barrio que por este tema de la inseguridad ha elegido otros horizontes y se va”.
Ante la creciente inseguridad, los vecinos tomaron medidas extremas para proteger sus hogares. “Destruyen las puertas y hemos tenido que poner todo tipo de pasadores para evitar que vuelvan. Es una ironía que la gente de bien esté encerrada y esta gente ande en la calle como si la calle fuera de ellos”, concluyó Juan.