Por la magnitud del derrumbe de la pared de revestimiento del edificio María Reina sobre el bar Posto, no hay dudas de que la tragedia podría haber sido aún mayor. Murió Ramiro Alaniz Cortés (34) pero en el piso de arriba del local vivían inquilinos y ninguno resultó herido. Tampoco hubo otros clientes o trabajadores afectados de manera grave.
Alberto Tolaba es una de las tres personas que vive en el primer piso de la propiedad y cuya casa quedó destruida por completo. En Noticiero Doce explicó que convivía con su hermana y un amigo y que su mamá estaba de visita. “Ella estaba cuando pasó y se asustó. Estaba por subir las escaleras y sintió una explosión”, aseguró sobre la mujer que es de Jujuy pero justo estaba en Córdoba.
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Según dijo el joven, sufrió un dolor fuerte en el pecho y debió ser atendida por los bomberos. Afortunadamente, al momento del desmoronamiento estaba en la cocina, que está “al fondo y separada del bar”.

¿Asistencia que no fue?
A horas de la tragedia, desde la Municipalidad de Córdoba emitieron un comunicado informando que se habían contactado con los habitantes de la propiedad para brindarles ayuda. Según dijeron, les habían dado un alojamiento provisorio y habían comenzado a gestionar su mudanza ya que el inmueble no es habitable.
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Sin embargo, Tolaba denunció que “no se comunicó nadie” desde la Municipalidad, ni desde el edificio colindante o la propia inmobiliaria a la que ellos alquilan. Además, comentó que están alojados en un hotel y comenzaron a buscar un lugar para mudarse.
“Necesitamos que alguien se haga cargo”, pidió y se indignó: “Tenemos todas nuestras cosas adentro y necesitamos pasar porque mi mamá tiene pastillas, anteojos, necesito sacar algo de ropa, por lo menos lo básico”.