Después de dos décadas, Argentina notificó un brote de fiebre tifoidea, una enfermedad que llevaba años controlada. En los últimos días se reportaron 10 casos en la Ciudad de Buenos Aires e incluso investigan una posible muerte.
El foco fue detectado en la localidad bonaerense de Ciudadela. El último Boletín Epidemiológico Nacional (BEN) señaló que de hecho algunos de los vecinos afectados debieron ser internados en dos hospitales porteños.
El primer caso se registró el 9 de marzo, y el más reciente comenzó con síntomas el 20 de abril, informaron las autoridades. Los contagiados tienen entre 6 y 53 años, y siete de ellos son varones. Cuatro permanecen internados, con evolución favorable, mientras que el resto fue tratado de forma ambulatoria con antibióticos.
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Por otro lado, desde la Gerencia de Epidemiología de CABA investigan un fallecimiento ocurrido el 17 de abril. El paciente fue atendido en un centro de salud privado y era familiar de dos contagiados de fiebre tifoidea. Ahora analizan si el deceso estuvo ligado al brote.
Los casos de fiebre tifoidea suelen ser esporádicos en Argentina. El último brote se registró en 2004. En los últimos años se redujo la cantidad de contagiados, pero la situación actual vuelve a poner en alerta a la salud pública nacional.
Qué es la fiebre tifoidea
La bacteria que provoca la fiebre tifoidea se llama Salmonella Typhi y se transmite por agua o alimentos contaminados.
Fiebre alta prolongada, cansancio, dolor de cabeza, dolor abdominal, náuseas, estreñimiento o diarrea, y en algunos casos, erupciones en la piel, son los síntomas más frecuentes. Es potencialmente mortal si no se trata de manera adecuada.

Las autoridades de Salud advirtieron que los pacientes “pueden seguir siendo portadores de la bacteria después de la desaparición de los síntomas, y por lo tanto pueden transmitirla a otras personas a través de las heces”.
Precauciones a tener en cuenta
- Usar agua segura para beber, cocinar, lavar frutas y verduras, cepillarse los dientes y limpiar utensilios.
- Elegir alimentos pasteurizados y bien cocidos, evitando el consumo de huevos crudos o mal cocidos.
- Separar carnes crudas del resto de los alimentos y no lavarlas antes de cocinarlas.
- Cocinar completamente los alimentos (por encima de 71°C en el centro).
- Mantener los alimentos cocidos a más de 60°C o refrigerarlos de inmediato.
- No dejar preparaciones a temperatura ambiente por más de una hora.
- Refrigerar inmediatamente los alimentos elaborados con huevo crudo y desecharlos después de 24 horas si no fueron consumidos.
Por último, se insiste en la necesidad de lavarse minuciosamente las manos con agua y jabón, sobre todo después de ir al baño, y evitar manipular alimentos si se está en tratamiento o sin confirmar la erradicación de la bacteria.