La periodista Lucía Ríos se volvió viral al exponer en sus redes sociales el calvario que atraviesa luego de que una “amiga” la estafara en medio de una situación inmobiliaria en la que la protagonista obró de buena fe pero fue traicionada.
Todo comenzó cuando la víctima firmó como garante de Jimena (tal el nombre de la amiga) cuando finiquitó su contrato de alquiler en un departamento. Ocurrió en 2021 y otra persona también prestó su recibo de sueldo para ayudar a la inquilina.
Un año después, Lucía recibió una carta documento en la que se evidenciaba que su supuesta amiga había dejado de pagar. “Me parece que el dueño es un mafioso”, argumentó Jimena en ese entonces.
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Sin embargo, la damnificada por esta situación comprobó que no había ningún malentendido y que la persona en quien confiaba la engañó: debía 13 meses de alquiler, expensas, honorarios judiciales y embargos. En total, son más de 10 millones de pesos.
”Nos conocimos en una reunión de periodistas feministas. Luego nos reencontramos en el jardín al que iban nuestros hijos y empezamos a compartir la vida cotidiana. Tomábamos mate, íbamos a la plaza. Fue una amistad ligera, pero frecuente y cercana”, explicó Lucía a TN sobre los inicios de la amistad con Jimena.
Además de dejar de pagar, la estafadora bloqueó a la víctima del celular. Para colmo de males, la otra garante también se borró y dejó de pagar. ”Yo era la única con cuenta sueldo. Empezaron a embargarme el sueldo, los ahorros en pesos y dólares. Tuve que contratar abogados. Todo salió de mi bolsillo”, indicó.
En medio de esta situación angustiante, la periodista entró en un complicado estado emocional. “Fue tal la angustia cuando supe cuánto debía que me agarró un pico de presión. Iba manejando con mi hijo, sentí el brazo raro. Lo dejé con mi mamá y me fui al médico. Me tuvieron que acostar durante dos días”, recordó.
Luego de meses de miedo y desesperación, Lucía decidió exponer su situación y recibió ayuda de amistades verdaderas, que organizaron rifas y sorteos para colaborar con el pago de la abultada deuda. Al día de hoy, logró reunir $3.600.000. Puso en venta su auto y no descarta conseguir más trabajos para seguir pagando.
“Voy a seguir adelante con la ayuda de muchas personas que decidieron tenderme una mano. Porque la amistad también puede sanar lo que otra amistad destruyó”, enfatizó a modo de conclusión.