Esta semana una mujer de 51 años fue detenida, sospechada de ayudar a su hijo de 24 años a violar a sus nietas. Las dos niñas son sobrinas del acusado y cuando comenzaron a sufrir estos ataques tenían entre 4 y 8 años.
Los hechos ocurrieron en Moreno, provincia de Buenos Aires, empezaron a ser investigados en 2022. La identidad de los imputados no se hicieron públicas para proteger a las víctimas.
En una causa impulsada por el área de Trata de Personas de la Superintendencia de Investigaciones de Delitos Complejos y Crimen Organizado de la Policía Bonaerense a cargo de la fiscal Alejandra Piqué, la mujer y su hijo fueron acusados del delito de abuso sexual de una menor de 13 años, mediando violencia, agravado por haber configurado un sometimiento sexual gravemente ultrajante, por ser cometido con acceso carnal vía oral y por el acceso carnal vía anal en grado de tentativa, por ser cometido por el encargado de la guarda aprovechando la situación de convivencia preexistente con la niña, según publicó Infobae.
Asimismo determinaron que los abusos y violaciones se iniciaron entre los años 2014 y 2019, cuando la menor de las nenas tenía entre 4 y 9 años. Es decir que los abusos fueron cometidos durante cinco años seguidos.
Según la investigación, las violaciones ocurrieron cuando la nieta menor estaba al cuidado de su abuela en el domicilio de la familia en Moreno. El tío llevaba a su sobrina al departamento de la mujer para hacer un perverso juego llamado el “Caballito loco”.
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Los detalles publicados son escalofriantes. Primero empezó con la menor vestida, luego continuó con la menor semidesnuda y, con el paso del tiempo, intentó violarla.
Siguiendo la acusación, la niña le comentó a su abuela sobre estos hechos, pero la mujer calló. La niña, ahora adolescente, sufre trastornos derivados de esa situación, según diagnosticaron psiquiatras.
De acuerdo con la pesquisa, la otra hermana fue violada entre sus 8 y 10 años. Esta vez no en la cama de la abuela sino en el comedor de la casa, donde dormía en un colchón junto a la otra nena.
Pero no fue el único lugar. También se metía al baño mientras la menor se duchaba, señalaron en el expediente. Además, durante un verano le hizo otro juego a esta niña donde dejaba su traje de baño con la consigna: “El que se baja, pierde”. La niña le contó todo a su abuela, pero ésta la agredió y la amenazó para que no cuente nada.
La hermana mayor también acudió a su abuela. R.L. tampoco la ayudó. Todo lo contrario: comenzó a agredirla y a amenazarla para que se calle. La chica, que hoy ya casi es mayor de edad, sufre el mismo diagnóstico psiquiátrico que su hermana menor también abusada.